sábado, 24 de julio de 2010

Columna del sábado 24 de julio del 2010


A pesar del oficio periodístico cuesta ya trabajo describir la anarquía que reina en Palenque, donde la turba hace lo que se le da la gana, sin que la autoridad aplique la ley. Las afectaciones a la economía originadas por los bloqueos carreteros, particularmente al turismo, son cuantiosas, pero ¿a quién le han importado? Se ha violado la ley federal de Comunicaciones, afectado a miles de automovilistas, vacacionistas, transportistas, y comerciantes de diversos estados, y la Federación se ha hecho omisa para garantizar la libertad de tránsito y la seguridad de las personas. ¿Qué necesita el gobierno para actuar como gobierno? ¿A quién tiene que pedirle permiso? ¿Sólo porque se trata de un grupo indígena hay que sentarse a negociar con ellos? ¿Qué pasaría si no fueran indígenas los manifestantes? ¿Acaso no estarían ya en la cárcel los dirigentes y hubiese ya actuado la fuerza pública? ¿En qué país estamos cuando no somos iguales ante la ley? El gobierno debe responder a algunas de estas interrogantes, que comparto, pero que están en boca de muchos de los que aquí vivimos y somos espectadores pasivos de cómo, para defender a un presunto delincuente -como Cruz Guzmán-, se manipula a los indígenas y se fomenta el discurso del odio racial, el mismo que siempre ha manejado el político ch’ol debido a su resentimiento social.Por lo que respecta al proceso judicial que se le sigue, al parecer no hay reversa en su encarcelamiento, no obstante que su ex-secretario municipal y ahora su abogado, “La Rana” Raúl Vera, presumía que ya había librado dos delitos: el de asociación con el crimen organizado y el de enriquecimiento inexplicable. Este último, es una jalada ¿Cómo que enriquecimiento inexplicable? Nada más que vean cuanto tiene y lo comparen con los presupuestos que saqueó. El enriquecimiento es totalmente explicable, solo que ilícito. Falta ver si su flamante abogado no va a requerir también un defensor para sí mismo. Su paso por la secretaría municipal es polémico, pues redactaba al antojo del edil las actas de las sesiones de cabildo. Y lo que más desconcierta, es que los petistas lo tienen como adalid cuando fue él, y nada más que él, quien al otorgarle constancia de residencia al “Maestro Yoda” Ceballos, posibilitó que éste pudiera registrarse como candidato de la Coalición. El “anticristo” de los petistas, el enemigo mortal de Cruz Guzmán, pudo contender gracias al ahora abogado de Cruz Guzmán. ¡Que alguien me explique!.Pero, a pesar de las presiones ejercidas y de una comisión defensora que se fue a Tuxtla para “negociar” con el gobierno una solución, al parecer se mantiene irreductible el que Cruz Guzmán sea juzgado y sentenciado, sin derecho a libertad bajo caución. Su traslado del Amate al penal de Acapetahua va en ese sentido, aunque se argumente que fue “por su seguridad”, debido al reciente intento de motín y al descubrimiento de un túnel, del que se ignora si era obra de los presos, o de los “roedores”, los cuales, igual se evaden por el drenaje. El penal de Acapetahua es de quinta categoría, comparado con “El Amate”, donde hay celdas para los reclusos VIP. En Acapetahua, “pura de árabe”, diría Marcos Zepeda. Por otro lado, aunque sea para soltar un “calambrito”, el cateo a la casa de Cruz Guzmán –y al parecer también a la casa de otro de sus “afectos”- realizado por el propio fiscal distrital, lleva el mensaje de “no hay reversa” ni negociación de la ley. Y qué bueno que sea así, porque la ley se cumple o se violenta, pero no se negocia de manera alguna.Por otra parte, en su actitud radical, los seguidores de Cruz Guzmán le dieron en la torre a uno de sus cuates, al contador “Chember”, porque le vieron cara de “Ceballista”. Ironías de la vida, pero ahora puede “Chember” constatar que el radicalismo e intolerancia con que se manejan sus contlapaches indígenas no hace ningún bien a su movimiento y por el contrario los enfrenta con la sociedad, pues en su “acelere” ya no saben discernir –como los perros rabiosos- quién es amigo o “enemigo”. Lo seguro es que ser, o parecer, “Ceballista” en estos días, puede acarrear una garrotiza segura. ¿Libertades y derechos políticos…? ¿Qué es eso? Nos leemos a la otra ¡Abur!