Opinión y análisis político del norte-selva de Chiapas.
Por Enrique Romero.
Hoy la columna viene breve, porque este es un número extra, y hay tanto que comentar que el espacio no da, por eso algunos temas importantes, como la detención de Alfredo Salgado, su linchamiento mediático pagado con recursos públicos, y la presión creciente hacia los comunicadores críticos al ayuntamiento, entre otros, serán pospuestos para la próxima, pues merecen ser tocados a profundidad y no a vuelo de pájaro. Pero el tema central que hoy nos ocupa no es menos importante, y de no ser atendido oportunamente por el actual presidente municipal de Palenque podría generar estallidos sociales que nadie desea, a nadie convienen, y mucho menos a la imagen turística de Palenque.
Alfredo Cruz Guzmán sigue sin entender que este municipio no es un feudo que se deba gobernar con la “zanahoria” o el “garrote”. Su egocentrismo y desmedida ambición no le permiten ver que se gobierna para todos y se gobierna con todos, que no puede tratar de castigar a las comunidades que no votaron por él en la pasada elección segregándolos de los programas, apoyos y obras públicas municipales, como tampoco puede oponerse, en perjuicio de las comunidades y hasta en perjuicio de su sobrevivencia política, al programa “Chiapas Solidario” del gobernador Juan Sabines, por el simple hecho de que con el esquema de ese programa el munícipe ya no tendría el control electoral que anhela para poder manipular al electorado con miras al proceso electoral federal que se avecina. Su despotismo y falta de sensibilidad política están enturbiando la paz social del municipio y podrían generar estallidos sociales, pues la inconformidad, sobretodo en el campo, ya es manifiesta y creciente. Palenque podría regresar a escenarios, aparentemente ya superados, de tomas de palacio y revueltas callejeras. “Pero qué necesidad, para qué tanto problema”, diría Juanga, si un poco de humildad, una rebanada de sentido común y cierta dosis de actitud democrática podrían llevar tranquilamente “la chucha al agua”. Sólo que hágaselo entender a un “troglodita de la política” que solo a punta de garrotazos sabe enfrentar las crisis que él mismo provoca.
La semana pasada, durante la visita que el dirigente estatal de
La cuestión es que están inconformes e indignados por la desatención municipal que observan en sus demandas de obras y programas, más cuando el mismo edil ha dicho a varios de ellos que “si saben contar no cuenten con él”, pues como por él no votaron, sino por Mazú, les dice que “vayan a ver a Mazú para que él les resuelva sus problemas”. Así, con sorna y “mala leche” les ha respondido el presunto político de marras cuando que su obligación constitucional es atender a todos por igual. Pero él se siente superior a las leyes y a la gente. En el fondo le sigue doliendo que la elección realmente la ganó Mazú, y que solo mediante el fraude electoral pudo repetir en la presidencia municipal. Él mejor que nadie sabe que esa es la verdad…pero debería superarla ahora que legalmente ya es munícipe, aunque con sus acciones no se legitima.
El dirigente cenecista, al responder a los reclamos de la gente, puso las cosas en perspectiva: “Tenemos un gran ejemplo de lo que es gobernar para todos, el gobierno de Juan Sabines, es un ejemplo que deben tomar todos los presidentes municipales”, y no lo dice por arrastrado, sino con conocimiento de causa, pues él –como dirigente de una central campesina, de un partido opositor- reconoce que no es sino hasta la llegada de Sabines a la gubernatura que el gobierno estatal se abrió a las organizaciones sociales como
Un punto delicado, abordado en la reunión cenecista por los comisariados ejidales es la presión que Cruz Guzmán está ejerciendo para que las comunidades, en acuerdos de asamblea, rechacen el programa del gobernador “Chiapas Solidario”, no porque no sea un buen programa, pues al contrario garantiza más recursos a la gente, sino porque le quita de las manos a Cruz Guzmán el manejo de esos recursos y con ello la posibilidad de maniobrar electoralmente y “hacer manita de puerco” a quienes se pongan “rejegos” a sus aspiraciones de ser diputado federal. Ahí está el meollo del asunto, pero también está el peligro de oponerse al gobernador en uno de sus programas principales. A Cruz Guzmán, tan preocupado por los asuntos religiosos cuando se trata de llevar “agua a su molino”, se le olvida que “Dios es uno y hay que tener temor a Dios”. A menos que le valga sorbete reunirse con sus antepasados en el “Xibalbá” para purgar sus “pecados políticos”.
En este punto, Hernández Bielma también fue preciso y conciso: “Es obligación del ayuntamiento aportar al desarrollo del estado y a la gobernabilidad. “Chiapas Solidario” es un programa creado con muy buena intención de beneficio social para todas las comunidades. El gobierno de Sabines está haciendo bien las cosas y “Chiapas Solidario” posibilita más salud, más seguridad, más y mejor educación, más proyectos productivos, más desarrollo para el campo chiapaneco. Hago un llamado a los comisariados ejidales para que se unan al programa “Chiapas Solidario” del gobernador Sabines. Un programa al que nosotros, como una organización social de un partido de oposición, le estamos apostando”, concluyó el dirigente cenecista. Y la pregunta es ¿porqué los actores políticos del mismo PRD, el partido del Gober, o sus operadores políticos en esta región, no han hablado con tanta claridad sobre este tema como lo hace Hernández Bielma? Yo y mis preguntas impertinentes ¿Qué le vamos a hacer? Nos leemos a la otra, con más cancha, espero. ¡Abur!