Opinión y análisis político del norte-selva de Chiapas.
Por Enrique Romero.
Palenque, Chiapas.
A dos semanas de las elecciones en Palenque seguimos con la incertidumbre de quién será el próximo presidente municipal pues en tanto los tribunales electorales no den su fallo nadie puede dar por seguro que será Alfredo Cruz Guzmán o Mazú el que vaya a gobernar este municipio, no obstante que el primero haya recibido ya su constancia de mayoría, constancia que los tribunales pueden ratificar o nulificar, y en este último caso expedir una nueva a Mazú, lo que parece muy probable dadas las irregularidades de la jornada electoral pasada. Sigue pues la moneda al aire.
El panorama postelectoral conflictuado lo mantendremos todavía todo el mes de noviembre y de repente hasta diciembre, en caso de que la pugna se vaya al TRIFE, lo cierto es que una vez que el TRIFE de su fallo este será inapelable e inatacable y ambas partes deberán acatarlo sin reparos. Así es la democracia y para eso se forjaron sus instituciones. El electorado espera de los tribunales electorales la certeza de que se “limpiarán” los resultados de la jornada electoral para seguir confiando en que su voto será respetado y que finalmente quien realmente eligió la ciudadanía sea quien gobierne y no el más tramposo. Porque luego de lo que en unas 3 horas logró el abogado del PRD durante la sesión de cómputo municipal de disminuir la diferencia entre Convergencia y el PRD de casi mil votos a solo 229, queda claro que esta no fue una elección limpia y que “
Y es que, como señaló hace poco Juan “Churro” –y hay que creerle porque de esto sabe mucho- estas elecciones resultaron las más sucias de la historia en este municipio y las traiciones en la mayor parte de los partidos políticos estuvieron a la orden del día. Así pasó en el PRI y en el PRD, principalmente. Es evidente la compra de funcionarios de casillas y de los mismos representantes de los partidos políticos para avalar actas de escrutinio que no corresponden al contenido de los paquetes electorales. Cruz Guzmán no anduvo, como muchos, otros atenido exclusivamente a la compra del voto ciudadano. No, resulta obvio que más bien se dedicó a la compra de las mesas receptoras, con muy buenos resultados, solo que la ignorancia y falta de preparación de varios de sus operadores revelaron el tamaño del fraude pues su aritmética no les dio para “cuadrar” algunas actas con el número de votos y el resultado es que se pueden impugnar esas inconsistencias.
La operación –maquiavélica y sencilla- consistió en invertir las cifras de los votos: cuando favorecían al PRD o al PRI ese número se le adjudicaba a Convergencia y al partido al que se le había despojado de esa cifra se le ponían los votos de Convergencia. Así las cifras “cuadraban” con el número de papeletas utilizadas. No había inconsistencia y entonces no había el riesgo de que se abriera esa casilla y se viera la verdad. Plan simple y astuto para el que solamente hacía falta dinero y las ganas de prostituirse de los funcionarios de esas casillas y hasta los representantes de partido. Los “cañonazos” de dinero de Cruz Guzmán dieron en el blanco de gente con pocos escrúpulos. Habría que ver, esa es otra pregunta de la que el tiempo traerá la respuesta, de dónde salió -casi en el último momento- el billetote que esto representó. ¿A qué intereses obedece, porqué tanta generosidad? Nadie ignora que Cruz Guzmán adolecía precisamente de dinero y que los deudores los tenía prácticamente en fila y con sus demandas bajo el brazo.
Pero además, no solo el dinero fue el factor clave, también lo fue la información estratégica como la lista de representantes generales, los representantes de casillas, los funcionarios de las mismas. El saber a quién se le podía ofrecer discretamente “el negocio” y con quién había que irse con cautela. Esa información salió tanto de la misma estructura del PRD como del PRI. Traidores fueron los representantes de casilla que se vendieron, pero también los que proporcionaron esa información.
La enorme cantidad de votos nulos es otra de las cosas a ser analizadas tanto en la elección a diputado como a presidente municipal. Votos que no eran convenientes al cliente que pagaba fueron nulificados de inmediato y asunto resuelto. Otra estrategia más que funcionó bien. Por otra parte los partidos “pequeños” salieron con pésima votación y no hay que descartar de que les “mocharon” algunos de sus votos para engrosar los de Convergencia. Que Pancho Meneses haya sacado tan pocos votos no es creíble aún cuando fue un mal candidato. El hombre tenía, aunque escaso, su capital político para esperar mejores resultados y si no al menos para sostener el voto duro panista, lo que no logró en el cómputo. Igual fue el caso de Ramiro Domínguez, cuyo partido -el PT- sacó una cantidad ridícula de votos, tomando en cuenta que Ramiro realizó una campaña intensa que lo hacía merecedor de mejores expectativas. Sume usted los diferentes conceptos que enumero y verá cómo se hizo posible el que Convergencia, un partido que ni pintaba ni daba color, logró la cantidad de votos que resultaron al término de la sesión de cómputo. Y no es que los demás partidos grandes no hayan hecho triquiñuelas. De que las hicieron las hicieron, pero en el caso de Convergencia rebasaron cualquier límite de decencia y de cordura. “Hay que ser coche, pero no tan trompudo”, señala el refranero chiapaneco.
Y no es que Cruz Guzmán carezca de capital político. Tiene seguidores, pero nunca tantos como pretenden hacernos creer ¿de dónde sacó más de 9 mil votos si el voto duro priísta se mantuvo, si tampoco los perredistas votaron por él? ¿De los ciudadanos apartidistas? Eso en el área rural no es sostenible porque el voto “verde” es un voto que está en oferta al mejor postor y Cruz Guzmán no lo compró, como tampoco se lo ganó mayoritariamente, aunque el “refuerzo” de Juan Carlos le ayudó a conseguir muchos de ellos, lo que habla de una operación de “voto cruzado” que no se dio de manera espontánea sino que fue inducida y organizada de manera soterrada. ¿En la ciudad? Casi imposible cuando todos los que aquí vivimos sabemos de antemano que inversión pública municipal no habría con Cruz Guzmán de munícipe, en función de que casi no votamos, por lo que no somos rentables -electoralmente hablando- para las ambiciones de
Queda además por analizar “el factor Virrey”; es decir, que tan importante y determinante fue el apoyo de Juan Carlos López a Cruz Guzmán en detrimento del candidato del PRD, que supuestamente es su mismo partido, pero para el PRD, El Lord no ha tenido expresiones, ni tampoco acciones, de apoyo en esta impugnación. Pareciera que se trata de un partido ajeno al que le brindó las siglas para buscar la diputación. Él se interesó por su triunfo y dejó a Mazú rascarse con sus propias uñas. Un militante convencido y con la camiseta amarilla bien puesta no haría eso, como lo demostró Rafael Sánchez Cabrales, el diputado federal perredista por Tabasco –ese sí con amor a su partido- quien apenas se enteró del asunto se dejó caer a Palenque trayendo un excelente abogado que fue quien medio salvó –ya no le dio tiempo para más- al PRD palencano de la debacle durante la sesión de computo y dejó listas las impugnaciones para los tribunales electorales. Sánchez Cabrales mostró la solidaridad de la auténtica militancia, en tanto que Juan Carlos celebraba su triunfo completamente ajeno y hasta complacido con el presunto triunfo de Cruz Guzmán. Eso “enchiló” a Sánchez Cabrales –íntimo del Peje- y tenga por seguro que AMLO ya estará enterado y entre sus deudores tendrá el nombre de Juan Carlos para sacarlo cuando este quiera buscar la diputación federal.
Otro municipio que, en cuanto a limpieza del proceso, dejó mucho que desear fue en Salto de Agua, donde se logró documentar la intervención de la delegación de gobierno a favor de los candidatos aliancistas Juan Carlos López y Manuel Ch’ol, pues el día anterior a las elecciones en la comunidad “Mundo Nuevo” al escuchar gritos pidiendo ayuda, los pobladores acudieron prestos para encontrarse con que un grupo de perredistas se encontraba golpeando a uno de sus compañeros ejidatarios con palos y varillas. Al llegar los pobladores y someter a los agresores se encontraron con que estos andaban en dos camionetas, de las cuales se descubrió, al revisar su documentación, que pertenecen al Gobierno del Estado y están asignadas a la secretaría de gobierno. En el interior de estas camionetas oficiales se encontró material propagandístico de Juan Carlos López y de Manuel Ch’ol.
Acusados de tentativa de homicidio, los 17 detenidos por la comunidad no pudieron ser entregados al fiscal del Ministerio de Justicia porque los perredistas tenían bloqueados los caminos. A la mañana siguiente, el delegado de gobierno, Gabriel Robles Ballinas, acudió a la comunidad y luego de que se comprometido por escrito a que los detenidos serían puestos a disposición del ministerio público para que se les aplicara la ley, a lo que se hacía responsable, se los entregaron y, según denunció la autoridad ejidal, solo para que unas horas más tarde –a las 5 pm, una hora antes de que cerraran las casillas- fueran liberados impunemente y hasta la fecha no haya una respuesta para los agraviados, lo que tiene molesta a la comunidad y a los priístas salteños que calificaron de “Elección de Estado” la reciente jornada electoral y también han impugnado la elección en espera de que se revierta el triunfo de Manuel “Ch’ol” y se le asigne a Erik Gebhardt, el candidato del tricolor. Las fotografías de los vehículos con las correspondientes fotos de documentación que acredita la propiedad de los mismos por parte del gobierno del estado y a cargo de la secretaría de gobierno, así como las actas de incidente levantadas por las autoridades ejidales y el acuerdo de entregar los detenidos al delegado de gobierno para que este viera que se les aplicara la ley forman parte de algunas de las pruebas con las que el PRI documenta la impugnación a la elección que podría causar dolores de cabeza a Manuel “Ch’ol”, aunque hay que aclarar que la mayor parte de la propaganda encontrada en esos vehículos oficiales era del ahora diputado electo Juan Carlos López, quien tuvo la enorme fortuna de que ni el PRI ni el PAN impugnaron el proceso a elección de diputado local, por lo que ya la hizo y no tiene ningún problema legal, aunque llegará muy cuestionado a la curul pues se le acusa de haber llegado mediante una elección de estado y de haber traicionado al perredismo palencano al apoyar al candidato de Convergencia, tal vez con la peregrina idea de que
Ahora bien, en el PRI no cantaron mal las rancheras; Humberto Limón resultó un candidato “merengue”: inflado y sin consistencia. A lo sumo logró mantener el voto duro priísta pero no aportó el “plus” que esperaba su partido, con el que esperaban el triunfo y, además, se vio muy fácil en la aceptación de la derrota y en la no impugnación cuando la diferencia no era tan grande con el presunto ganador y eran notorias las irregularidades del proceso. A su partido le hubiese servido de mucho defender los votos para que estos mejoraran las cifras y las posibilidades de incrementar el número de regidores plurinominales. Pero no se hizo así y ello mueve a suspicacias, más cuando existe el antecedente de una estrategia de “voto cruzado” a favor de Juan Carlos López, lo que negó el candidato pero que fue explicitada luego de la derrota por quienes conformaron su planilla a la hora que se sintieron “traicionados” por Limón al no ser incluidos en una presunta propuesta del ex-candidato para la repartición de las “pluris”, propuesta que encabeza Limón, aunque él dice que no presentó ninguna pero no niega que quiere ser regidor. Fue un espectáculo lamentable ver a los “limoneros” mayores, a la gente de su mayor cercanía el despotricar contra el candidato derrotado y adjudicarle totalmente, junto con Alfredo Molina- la responsabilidad de la derrota. Lo llamaron traidor, desagradecido, soberbio y muchas cosas más. Y no es que no tengan algo de razón en todo eso que en su momento le señalé al candidato priísta, pero también debieron asumir su propia responsabilidad proporcional en la derrota pues con el chismorreo que se traían en la casa de campaña tricolor contribuyeron a la mala imagen de su candidato. De ahí, y no de otros lados, salieron chismes de todos colores que hasta con la vida privada de los actores políticos tuvieron que ver, en una guerra de lodo podrido de la que no se tienen antecedentes. A la esposa de Limón la hicieron trizas, aunque por otro lado el protagonismo de ella al querer convertirse en estratega de la campaña, contribuyó en mucho a traerse la crítica mordaz. Si se hubiese quedado “en la sombra” ni la hubiesen “fumado”. Así le pasó a la “pareja presidencial” y todavía hasta hoy, ya fuera del poder, los sigue el escándalo y la malevolencia.
Pero en el fondo del argüende priísta está la lucha por los despojos de la campaña perdida: las regidurías. Y los “antiguos limoneros”, ya lo sentenció Marco Antonio Zepeda, no se van a dejar. De ahí la descalificación a su antes adorado candidato al que ahora le reclaman el uso y destino de las aportaciones que muchos de ellos dicen hicieron a la campaña. Doña Pilar Aspano, indignada señaló que, luego que mantuvo a Limón durante año y medio y contribuyó económicamente a la campaña, ahora le da la espalda; en pocas palabras, que ese Limón le “agrió” la vida. ¡Cuánta ingratitud!, aunque el aludido, días después y en conferencia de prensa, salió muy al estilo Andrés Manuel –Amor y Paz- a decir que convocaba a la unidad partidista y rehuyendo referirse a las críticas de las que fue objeto por parte de muchos de los integrantes de su amorosa planilla, aunque aclaró que detrás de todo este relajo están solamente intereses personales por quedarse con las regidurías plurinominales, que es más o menos lo mismo de que lo acusan los neopriístas que estaban con él en campaña. En fin, quien realmente definirá lo de las plurinominales es “
Pasando a cosas más amables, déjenme platicarles que Yary Gebhardt, ya con un año de experiencia en la diputación federal y como integrante de importantes comisiones legislativas, anda bien movida con la chamba en San Lázaro, donde propuso recientemente dos iniciativas importantes: la creación de una línea telefónica para denuncias infantiles con la que se pretende dar atención urgente a menores de edad que se encuentran en condiciones de riesgo o que han sido víctimas de algún abuso; esto se encuadra dentro de la reforma a
La gripe y el cambio de casa –un primo del Virrey, que es mi casero, coincidentemente me pidió desocupar cuando se desarrollaba la campaña- me afectaron los últimos días, razón por la que no pude hacer mi columna a tiempo y hoy la he tenido que escribir a la carrera y sin mucho razonamiento. Espero que mis sufridos lectores sepan disculpar a este Jabonero, como generosamente lo ha hecho mi editor al que he tenido esperando esta entrega. ¡Dios bendiga a Palenque!...lo va a necesitar. ¡Abur!