Los chiapanecos somos llevados por el show, la bulla y el escándalo. Nadamos hasta de mariposa en el mar de la superficialidad.
Por eso no extraña que estemos más pendientes de los encuentros deportivos, del cotilleo de Anahí, de los escandalitos de los juniors verdes de la política local y, no podía faltar, alienados por la visita papal, cuando nuestro interés debería estar centrado en estos momentos ante la próxima reforma de la constitución política de Chiapas ya anunciada por el líder del congreso local, Eduardo Ramírez Aguilar, porque una reforma de esa naturaleza no es “enchílame esas tortas” y nos afecta o beneficia a todos los que en este rincón de la patria habitamos.
Coincido con Oswaldo Chacón, quien realizó un artículo de excelencia (publicado por Aquinoticias.mx) al respecto de esta reforma integral, el tema debería ser la reforma y no Francisco I. La reforma es “el acto más trascendente en la vida pública de nuestra entidad. No hay un proyecto de infraestructura estatal o municipal, ni siquiera un programa social o cultural que se aproxime a dicho anuncio en términos de relevancia”. Pero no es tema relevante en medios de comunicación y mucho menos en el ciudadano promedio.
Con el amargo recuerdo de las reformas estructurales de Peña Nieto, que hoy todos padecemos, y que significaron las reformas de algunos artículos de la Carta Magna, preocupa, aterra, el que la Constitución política de Chiapas se reforme de manera integral, sin que a la fecha sepamos cuántos y cuáles artículos serán reformados. Pero, más importante aún, si los diputados locales tienen la capacidad de realizar la reforma sin que nos quede una constitución remendada y con vicios ocultos. Sin que haya una real autonomía del poder legislativo y no sea hecha a la medida de los deseos del gobernador. Sin que refleje la realidad y aspiraciones auténticas de todos los sectores de la sociedad, situación que surge de la falta de interés ciudadano en este tema toral.
Cabe resaltar que los foros de participación ciudadana previos a la reforma constitucional ya se están desarrollando en diversos puntos del estado, por ello Eduardo Ramírez ha convocado: “Cumple 90 años nuestra Carta Magna en Chiapas. Con los foros y mesas de trabajo queremos que tú, amiga o amigo chiapaneco, nos ayudes a hacer leyes conforme al sentir ciudadano. Leyes que nos permitan actualizarnos y estar en sintonía con la sociedad”.
Este viernes en Palenque, desde las 10 am, en el hotel Villas Kinhá, se desarrollan estos foros en los que se espera la participación de colegios de abogados, dirigentes empresariales, líderes sociales, comunidades académicas y ciudadanos en general. ERA presidirá los trabajos, junto con otros diputados, entre ellos María Mayo la diputada por Palenque (y si quiere recordar cómo es su rostro, pues acuda a verla, ya que es la primera vez desde que agarró curul que viene a Palenque en actividades legislativas).
Cuando Quintana Roo se erigió en Estado Libre y Soberano, se instaló un congreso constituyente, el cual fue presidido por el actual secretario federal de energía, Pedro Joaquín Coldwell, cuando este era un retoño de 21 años de edad. Sus compañeros constituyentes también eran bisoños en la tarea de legislar, pues jamás lo habían hecho. Sólo que quien redactó la constitución de esa caribeña entidad fue ni más ni menos que el doctor Ignacio Burgoa Orihuela, uno de los más insignes constitucionalistas que ha tenido el país. El resultado fue que Quintana Roo se estrenó con una carta magna de excelencia e innovativa en muchos aspectos. Ojalá contraten a un especialista para la reforma chiapaneca, pues si lo hacen los mismos diputados locales, ya “nos cargó el payaso”.
Porque dígame qué poctas puede saber de reformas constitucionales María Mayo, o Paty Gómez Marín, por no hablar de Mario Prado, que afortunadamente pidió licencia para irse a la secretaría de pesca, pero sus exhibicionismos y guarrerías le derrumbaron esa posibilidad y lo exhibieron como lo que es, una vergüenza del Verde en Chiapas. La verdad es que, si con estos bueyes nos tocó arar, lo más probable es que cosechemos “puro chile”.
Sin embargo no para el problema en quiénes van a realizar la reforma, sino las clases de modificaciones que se efectuarán, pues como señala Chacón con toda puntualidad, “Nuestra Constitución no necesita reconocer nuevos derechos, mucho menos si estos son de naturaleza económica o social y el estado no tendrá la capacidad presupuestal para hacerlos cumplir. Pensar que por el simple hecho de ubicar nuevos derechos sociales en la Constitución estos podrán ser recurribles ante los tribunales y por lo mismo garantizados es un disparate, pues el juzgador siempre habrá de remitirse en este tipo de derechos a la fórmula que el propio legislador establezca para garantizar su contenido, es decir, a la suficiencia presupuestal del estado”.
“Peligrosamente únicamente se estarían generando expectativas de difícil materialización que lastimarían la credibilidad del estado y del texto fundamental, tal y como ha sucedido con la incorporación constitucional de los Objetivos del Milenio de la ONU. Como diría Jorge Alcocer, no promovamos ilusos para que después no haya desilusionados”.
Por ello es importante que con madurez política los medios de comunicación y los ciudadanos asuman el tema y participen activamente como entes propositivos, pero también como muro de contención ante el previsible avasallamiento del ejecutivo.
Cómo líder del Congreso, Eduardo Ramírez tiene una gran responsabilidad al conducir esta reforma, pero debe hacerlo en su función de diputado, de representante popular y no de precandidato. Lo que resulte podrá ser su legado político y un importante activo para que suceda a Velasco, pero también podría ser su tumba.
No es pequeño el trompo que se ha echado a la uña y corre el riesgo de quedar mal con El Güero o con los ciudadanos, incluso con ambos. Los diputados de oposición tendrán su oportunidad de oro para mostrar que realmente son de oposición y ejercer un contrapeso, o revelarse como “totalmente palacio”, reducidos a “levanta dedos” y “calienta curules”. Ya veremos, dijo un ciego.
Ya mucho se ha dicho del Papa y del estado laico que deberíamos ser y que no somos. Resulta paradójico que los gobernantes más corruptos y alejados de la doctrina de Cristo sean quienes más busquen la “selfie” con el Papa y gasten muchos millones por obtenerla, cual si fuera estampita milagrosa para posicionarse de cara al 2018. Pero como decía Cristo, “por sus frutos los conocereís”, y los frutos de estos arribistas y sátrapas son amargos. Sólo me gustaría saber, ¿cuánto le pagaron a Anahí y a Julión por la cancioncita a Francisco I? ¿Cuánto costó la producción del audio y el video? Cuántos millones de pesos se fueron para los cuates del Gobernador, y de dónde salió ese billete? Nomás pregunto…
¿Será que en la reforma constitucional que viene eliminen el requisito de ser chiapaneco por nacimiento para poder ser subsecretario de gobierno? Ojalá que sí para que no siga en la ilegalidad Concepción Vázquez Arce, “La Choni”, quien es tabasqueña e incumple con la constitución actual. Es cercana a ERA, podría pedirle el “favorcito”, qué no? Aunque realmente lo que debe importar para ese tipo de cargos es la capacidad resolutiva en los problemas que tienen que atender. Lo malo es que en ese aspecto, “La Choni” no tiene remedio. “Ni volviendo a nacer”, decía mi abuela.
Nos leemos a la otra, luego de que Bergoglio se haya dejado caer por estas tierras chiapanecas. Abur!!