viernes, 18 de febrero de 2011

Columna del 18 de febrero del 2011



No muchos sucesos relevantes en la política del patio, de ahí que nos hayamos abstenido de teclear la semana pasada, pues si no hay nada que decir,resulta estúpido abrir la boca; a menos que sea para tragar. En ese sentido los chinos son muy rigurosos pues aconsejan hablar “solo cuando tu palabra valga más que el silencio”, lo que equivale a quedarnos mudos la mayor parte del tiempo. Tampoco es para tanto, ya que finalmente lo malo no es decir pendejadas, sino –como hacen los políticos- hacerlo con solemnidad ¿O no?
Al que le hubiese valido mantenerse calladito y no convocar a representantes de ejidos y comunidades es al coordinador regional de la CNC, el famoso “Masca-fierro”, Raúl Mandujano, puesto que la reunioncita se le convirtió en una “cena de negros” en la que los campiranos le reclamaron la falta de resultados en la gestión de sus apoyos y programas oficiales, no obstante de que los tiene sujetos al cobro ineludible de “cuotas” para la gestión, dinero del que no rinde cuentas a nadie, a pesar de la prohibición de cobrar por programas de gobierno. Los indígenas de plano le dijeron que solo les está “peinando” el billete y no ha llegado ninguno de los programas o apoyos que supuestamente gestiona como central campesina a ninguna de las comunidades. Al ver que las cosas se ponían “color de hormiga”, Mandujano solamente atinó a argumentar que “es seguro que los programas y apoyos les van a llegar, pero todavía las dependencias de gobierno no sueltan nada”. Y en el caso de SAGARPA está cabrón que le suelten algo a Mandujano, pues el año pasado “bajó” algunos recursos para apoyar a los campesinos, los cobró y no a todos los beneficiarios se los entregó. Los trajo a las vueltas, que “todavía no llega el recurso”, que “ya merito, aguanten un poco más”, hasta que los campiranos de plano se presentaron a la dependencia a averiguar la situación real y casi les da el “tramafax” al enterarse que el billete ya lo tenía Mandujano, y –lo que es peor- en la documentación oficial aparecía que esos beneficiarios ya habían recibido el “billuyo” y hasta habían firmado de recibido. Claro, la firma se las falsificaron. El caso es que en la SAGARPA ya quedó “quemado” Mandujano y ahora no le sueltan ni un pedo, de acuerdo con lo que pude investigar. Eso sin contar que cuando consigue “apoyos”, estos le resultan más caros al campirano que si pagara por ellos en cualquier otro lugar. Es el caso, también difundido por los medios, de cuando en la CNC estuvo vendiendo pollitas ponedoras, aparentemente para beneficiar a la gente, más caras que el distribuidor de CAMPI. La lista de pillerías que tiene en su haber es más larga que la barba de Bin Laden pues ya son décadas las que lleva en estas tranzas, primero como dirigente cetemista, luego como dirigente del PRI municipal y ahora como coordinador regional de la CNC, a pesar de que cuando Jorge Luís Hernández Bielma, el dirigente estatal de la CNC y diputado local, cuando le dio posesión advirtió que no permitiría prácticas corruptas de los dirigentes en perjuicio del campesinado, como ocurría con su antecesor. Sin embargo, hay que reconocer que Mandujano es perseverante e innovativo y encuentra siempre nuevas formas de “peinar” al campirano. Ya anunció que creará una Asociación Ganadera, pues se ha dado cuenta que este tipo de organizaciones manejan mucho billete, gestionan créditos y apoyos y además cobran por una serie de trámites. Seguramente ya lo visualiza como “el negocio perfecto” y para ello usará “La Casa del Campesino” una propiedad que el municipio donó para los campesinos, pero no de manera específica para que sea administrada por la CNC, sin que eso sea limitante para que Mandujano astutamente la haya ya enajenado en su provecho. Además, vivo que es, le dio “cuerda” a Ysmael Córdova “La Arriera” para encabezar un movimiento que saque al “Maestro Shaolín” de la dirigencia municipal del PRI, en el que supuestamente sería la misma “Arriera” quien quedara como dirigente. Menudo atole con el dedo le está dando a Córdova Pimienta pues ya “tranzó” con “La Rata” Alfredo Cruz Guzmán (enemigo de “La Arriera”) el apoyo para que sea Mandujano –y no la Arriera”- el nuevo dirigente priísta, en una jugada que presagia el regreso del “Gran Jefe Rata-Mapache” a las filas del Tricolor, obviamente como candidato a una diputación, teniendo como “cabeza de playa” a Raúl Mandujano en la dirigencia municipal del PRI Palencano. Claro que, si se apendeja, también Cruz Guzmán podría ser “peinado” por el hábil Mandujano, quien ha demostrado que cuando pasa el peine hasta los piojos se lleva, como lo comprobó la “Guera” Yary Gebhardt durante su campaña a la diputación federal. El hombre es “estilista” fino y con gran experiencia, todo lo contrario a su hermano, el administrador del Hospital General, hombre recto, trabajador y de buena reputación. Ni modo, así pasa en las mejores familias y ni los dedos de la mano son iguales.
Otros que ya ni la “chiflan” son los de la constructora a la que se le asignó la obra de la tercera etapa de la remodelación de la avenida Juárez. Calientes por empezar –a lo mejor para “cinchar” la obra- Ni tardos ni perezosos le partieron la madre a la calle en ese tramo el día del banderazo de arranque de la obra –donde aseguraron que en 45 días terminaban con todo- . Algunos le creyeron al representante de la constructora, otros –más experimentados- percibieron que era promesa de político y que lo más seguro era que se tardaran el doble, pero nadie supuso que en casi un mes solamente trabajarían 3 días y el resto se han hecho como “El Tío Lolo”, sin siquiera “taparle el ojo al macho”. No, la obra está completamente abandonada, la entrada a Palenque está echa un desmadre, y lo que es peor, ni Pepe “Cava” –en su calidad de presidente de vigilancia de la obra- ni el ayuntamiento, han dicho esta boca es mía aunque sea para explicar porqué la obra se paralizó. La constructora, quien también realizó la etapa anterior, antes que empezar la tercera, debió haber subsanado los detalles que dejó pendientes en la segunda, como las bancas huangas que instaló. Ahora le partió la máuser a la avenida y le viene valiendo una pura y dos con sal los problemas que ocasiona al Hospital, a la terminal de ADO, a los taxistas, a la gasolinera y a un chingo de gente más que a pie y en carro tiene que pasar por ahí. Dicen que a lo mejor se “arrugaron” cuando, en la explicación de la obra, Carlos Morelos dijo que invertían en ella, tanto el ayuntamiento como el estado, unos doce mil pesos, en lugar de haber dicho 12 millones de pesos. Puede que la constructora se haya ido con la finta y solo realizó el trabajo correspondiente a 12 mil pesos. Habrá quienes piensen que Morelos se equivocó al leer las cifras del presupuesto, y en lugar de millones habló de miles de pesos. Todo parece indicar que el edil –visionario, sin duda- está proponiendo una nueva unidad monetaria: el peso “Morelos”, en el que se eliminan tres ceros para hacer más fácil su manejo y para ajustar las disparidades del actual peso con la economía global. De este modo tendremos un peso “fuerte”, como antaño, cuando Chava Flores compuso la canción popular que reza: “Mira Bartola, ahí te dejo estos dos pesos. Pagas la renta, el teléfono y la luz; de lo que sobre, coges de ahí para tu gasto. Guárdame el resto, pa comprarme mi alipuz”.
Fuera de cotorreo, y en contra de expectativas apocalípticas, la verdad es que la administración de Carlos Morelos poco a poco va agarrando el paso y comienza a dar resultados –como el finalmente habilitar el rastro y el hacer realidad el manejo de las aguas negras- que denotan un cambio favorable (con decirles que hasta el profe Gómez Chacón –a quien solo conocíamos como un auténtico porro revoltoso e intolerante-, ahora resultó hasta fina persona y de trato amable). Porque así como hay algunos funcionarios municipales muy “sácale-punta”, también hay otros eficientes, sencillos y callados, como el tesorero. El ejemplo lo tienen en el mismo Carlos Morelos, quien continúa siendo una persona sencilla, sin ostentaciones y fiel a su origen campesino, de ahí que haya sacado de honda a la raza cuando el otro día, en una entrevista que le publicaron, haya aparecido en la foto “entacuchado” como para primera comunión. En el rostro se le veía incomodo. Debería seguir su instinto y mandar a la porra las recomendaciones de sus “asesores”, pues lo alejan de su principal virtud y lo hacen parecer lo que no es. Una bonita guayabera hubiera sido lo apropiado. Con el clima de Palenque hay que estar descerebrado para usar saco y corbata. Otros que ya están observando que ser sencillos da resultados y les evita mentadas de madre, son nuestro diputado local, Manuel Ch’ol y el edil de Salto de Agua, Agustín Peñate, quienes por separado –ya dejaron de cogerse cariño entre ambos- se han estado reuniendo frecuentemente con la prensa local para convivir con los reporteros e informar de los avances logrados en sus respectivos cargos. Peñate tuvo apenas su reunión de COPLADEM en la que anunció importantes obras de infraestructura para su municipio y la voluntad de insertar a Salto de Agua en la actividad turística regional.
A quienes recientemente cuestionaron a los regidores palencanos por tener además una chamba como maestros, en un artículo periodístico, al que lo promovió (ardido porque a él sí le ha llovido sobre mojado, y al que lo escribió, les recomiendo documentarse un poco más a la hora de criticar para que no “hagan el oso” demostrando una ignorancia supina del marco legal. El artículo 76 de la Constitución de Chiapas, en consonancia con la Constitución del país, señala que no hay incompatibilidad entre el cargo público con la docencia, por lo tanto no es algo ilegal el ser regidor y ser catedrático o profesor. Puede haber un cuestionamiento ético, pero no jurídico, cuando sus cargas de trabajo les impiden cumplir cabalmente con ambas actividades, pero de ahí a presentarlos como que están haciendo algo prohibido o como “aviadores” (cuando que están chambeando y no solo cobrando) en una exageración amarillista o por lo menos falta de rigor periodístico, por no hablar de la ignorancia de nuestras leyes ¡Abur!