Arquímedes “Quimillo” León Obando estaba en los cuernos de la luna. No bien terminaba como presidente municipal, cuando ya hacía maletas para la diputación federal. Eran los tiempos del “partidazo”, cuando ni siquiera existía oposición real en Palenque y “Quimillo” era cabeza de un grupo de jóvenes palencanos con un nuevo perfil y, además, profesionistas. “Hombre Fuerte” de la región, le tocó nombrar sucesor y su decisión fue Ysmael Córdova Pimienta. Tarde descubriría “Quimillo” que no todo el hule se estira, pues su pupilo –hombre muy humilde y de escasos recursos económicos- salió más “duro” que el cocoyol. Ni “Quimillo”, ni su grupo, volvieron a dar pié con bola en la política local. “La Arriera” –como después lo apodaría el vulgo- los obstaculizó por completo. Ysamel conquistó la simpatía de Roberto Albores y los recursos presupuestales le llovieron a cántaros. Realizó muchas obras públicas millonarias, pero también muchas privadas, a su nombre o el de cercanos familiares. La pobreza en la que creció quedó atrás. Hoy por hoy es un hombre rico. “De paletero a millonario” fue el resumen con que Martha Alicia Baena, pionera en Palenque en eso de la reporteada, lo etiquetó. Inició jodido (como quien esto escribe) y concluyó su trienio con mansiones en Tuxtla, diversas propiedades, suntuosos y modernos ranchos, aquí y en otros lados, con ganado de alto registro, y varios bienes más que, con su salario de edil, no podía justificar a ojos de la opinión pública, y que Martha Alicia puntualmente documentó, como también la violencia y represión de su gobierno, donde hasta muerto hubo, aunque después se escudara con la biblia para aplacar a los indígenas, a los que engañó. Hombre hábil, sin duda. Falto de lealtad y agradecimiento para quien lo encumbró, al que finalmente traicionó.
Sin embargo, no supo operar políticamente para poner un sucesor. Por su impericia, le pasaron “La Rata” por lo ojos, y solo con uno la vio, pero ya muy tarde, pues Alfredo Cruz Guzmán aprovechó la ocasión, y El Ch’ol –nacido en Salto de Agua, pero acogido en hogares palencanos para que pudiera estudiar- logró ser presidente municipal por el PRI… A partir de ese hecho, surgido de la impericia de Ysmael, en cuyo gobierno se salieron del PRI muchos de los que ahora militan en el PRD, se viene el despelote político que vivimos hasta hoy.
Bueno, Córdova Pimienta (el hombre de la nueva visión), pretende resurgir en la política y ser el dirigente municipal del PRI, apoyado por “El Moro” Marcos Zepeda, fallido candidato a la alcaldía que arrostró la peor derrota que abanderado tricolor alguno haya tenido en este municipio. No logró ni siquiera conservar el voto duro y el PRI –otrora de “carro completo”- perdió regidurías plurinominales, logrando solo dos. En esta aventura Ysmael se ha hecho acompañar de Raúl Mandujano, quien superó los desplantes que Zepeda le hizo durante la campaña donde hasta la camioneta le quitó y ahora como dirigente cenecista –antes dirigente obrero- asegura que “El Maestro Shaolín”, Nacho Verástegui, “ya cumplió su ciclo” y en este se dieron las derrotas de su partido. Se olvida que cuando él fue dirigente del PRI no ganó ni una sola elección. Sin embargo, de una u otra forma, aunque en la pasada campaña –luego que Zepeda lo corriera de su equipo, se ofreció a Coyolito y también a Morelos-, ha “talacheado” en el Tricolor. Peor está el médico Gómez Prott, designado por Zepeda dirigente municipal de la CNOP, ya que en el “albazo” criticó a Verástegui, pero omitió que él, que vive a media cuadra del PRI, antes no se paraba ahí ni por equivocación y tampoco se le ha visto en campaña alguna de sus candidatos desde hace varios trienios, pero en el discurso resultó más papista que el papa. Y ni que decir de otros que solamente se acuerdan de que son priístas de cara a una elección, como el mismo Córdoba Pimienta, para ver qué pescan.
Lo malo es que a pesar de que llevan toda una vida militando –o vegetando- en el PRI, desconocen sus estatutos y también los tiempos políticos. Ello se desprende de querer primeramente convocar a una asamblea, cuando no tienen la facultad. Tras embromar a Sergio Lobato, quien está ahora encargado del PRI chiapaneco, lograron que les autorizara una reunión a la que enviaría un representante para escuchar sus planteamientos y propuestas. Jamás prometió que en esa reunión destituirían a Nacho, cuyo principal error fue hacer candidato a Marcos Zepeda –al parecer lo hizo porque le pareció que era “el menos peor” y con ese buey le tocó arar, menos aún Lobato les aseguró que, apenas propusieran ellos a alguien, era automático su nombramiento, pues por un lado hay normas estatutarias que cumplir y por el otro –si se quiere la unidad, palabra cacareada por todos los amotinados- es necesario consensuar con todos los grupos, para que, quien quede, tenga un auténtico liderazgo y no se repita el esquema anterior que Arely Madrid dejó en Palenque. El hecho es que a pesar de que quisieron pasar la propuesta como si fuera de todos los sectores, organizaciones adherentes y grupos priístas locales, el enviado por Lobato, Juan Rueda, secretario general y experto en cuestiones electorales, no se tragó la píldora, pues conoce al priísmo palencano y sus actores, y ahí –como en la cárcel- ni estaban todos los que son ni eran todos los que estaban. El grupo de “Quimillo” –igual que el de Nacho- no estaba. Tampoco Miguel Padilla, Daniel González y otros ex-ediles , ni el grupo de Martha Gutiérrez Koller, aunque sí -inexplicablemente en el presídium- el presidente de la ganadera local, Martín Arellano, como también asistió la “Ojitos de Misha”, Paty Gómez Marín, quien no se contuvo y ante la tentativa de “albazo”, les escupió que esa reunión era una farsa y que se pretendía de nuevo imponer dirigente. En el mismo sentido se pronunció Juan “Churro”, quien les recordó que el PRI tiene estatutos, que es necesario que participe gente nueva y no siempre los mismos, y se ganó aplausos al señalar que “a la mujer no se le da chance, a la mujer se le respeta”. “El Chapito” Guillermo Macossay, también dejó ver que lo de “La Arriera” era una imposición y se pronunció por que se abran espacios a la gente del campo y se obtenga al nuevo dirigente municipal mediante consulta a la base. Otros no hablaron, pero por sus expresiones se notaba que los habían invitado sin explicarles qué pex y que no estaban de acuerdo con algo que ni les habían preguntado. Y pese a los esfuerzos orquestado por “La Arriera”, mediante algunos paleros que presionaban al representante de Lobato para que “nos dé una respuesta ahora mismo” y hasta amenazaban con tomar el PRI, Juan Rueda no cedió, les dijo que se llevaba esa propuesta para ser analizada y les advirtió -algo que si supieran de tiempos políticos se hubieran abstenido de su fallido “madruguete- que primero resolverían la elección de la dirigencia estatal, donde hay 10 candidatos, y luego atenderían los casos de los municipios. O sea, hasta marzo se volverá a tocar el tema. Gómez Prott, a nombre de los “madrugueteros”, desesperado porque no salían las cosas como estaba programado, dijo entonces que los sectores desconocían al dirigente actual. Juan Rueda no acusó recibo y “La Arriera” estaba –valga la redundancia- literalmente “color de hormiga” con “el oso” que hizo, y con su discurso de agradecimiento -que no pudo leer, porque el cargo simplemente no llegó. Ahí que lo guarde y lo recicle para mejores ocasiones.
Y es que, a Córdova Pimienta, se le cuecen las habas por hacerse de la dirigencia del PRI para apoyar la candidatura del “Cachorro” Albores Gleason y tener otra “época de oro”, como la tuvo con el padre. Nacho Verástegui, ciertamente, ya concluyó su ciclo y se hace necesario otro dirigente municipal, pero con la legalidad y legitimidad necesaria, para que saque adelante a su partido, todo desmadrado en Palenque, pero el mejor posicionado a nivel nacional para hacerse de la Presidencia de la República.
Juan “Churro”, quien hizo un buen, aunque breve, desempeño como coordinador de vialidad y es “Chucha Cuerera” en muchas cosas, deberá demostrar que su Unión de volqueteros, que formó y preside, no es la “Cueva de Piratas” que le achacan y que sus socios cuentan con concesiones, pues grave sería -por no decir hipócrita- haber hecho huega de hambre para exigir trabajo y denunciar a los “piratas” de otras Uniones, para luego resultar con que él es el “Tata” de todos ellos.
Las tranzas de “Toño” Velueta Landero no merecen mayores comentarios. Desde que era candidato “mostró el cobre” y ya se sabía “de qué pata cojeaba”. Ahí que vean los del Verde si le siguen dando jugada.
Carlos Morelos ya está enviando señales al gober de que es disciplinado y su actitud es diferente a la de “La Rata “ en rebeldía, como se desprende de su mensaje con el que arrancó la tercera etapa de la remodelación de la Juárez, en la que el gobierno estatal y federal invierten casi 12 millones de pesos. Ojalá les caiga el veinte a varios de sus achichincles que no toman ejemplo de su sencillez y se dan aíres de ser “la ultima coca-cola en el desierto”. Nos leemos a la otra, porque se agotó el espacio ¡Abur!
Sin embargo, no supo operar políticamente para poner un sucesor. Por su impericia, le pasaron “La Rata” por lo ojos, y solo con uno la vio, pero ya muy tarde, pues Alfredo Cruz Guzmán aprovechó la ocasión, y El Ch’ol –nacido en Salto de Agua, pero acogido en hogares palencanos para que pudiera estudiar- logró ser presidente municipal por el PRI… A partir de ese hecho, surgido de la impericia de Ysmael, en cuyo gobierno se salieron del PRI muchos de los que ahora militan en el PRD, se viene el despelote político que vivimos hasta hoy.
Bueno, Córdova Pimienta (el hombre de la nueva visión), pretende resurgir en la política y ser el dirigente municipal del PRI, apoyado por “El Moro” Marcos Zepeda, fallido candidato a la alcaldía que arrostró la peor derrota que abanderado tricolor alguno haya tenido en este municipio. No logró ni siquiera conservar el voto duro y el PRI –otrora de “carro completo”- perdió regidurías plurinominales, logrando solo dos. En esta aventura Ysmael se ha hecho acompañar de Raúl Mandujano, quien superó los desplantes que Zepeda le hizo durante la campaña donde hasta la camioneta le quitó y ahora como dirigente cenecista –antes dirigente obrero- asegura que “El Maestro Shaolín”, Nacho Verástegui, “ya cumplió su ciclo” y en este se dieron las derrotas de su partido. Se olvida que cuando él fue dirigente del PRI no ganó ni una sola elección. Sin embargo, de una u otra forma, aunque en la pasada campaña –luego que Zepeda lo corriera de su equipo, se ofreció a Coyolito y también a Morelos-, ha “talacheado” en el Tricolor. Peor está el médico Gómez Prott, designado por Zepeda dirigente municipal de la CNOP, ya que en el “albazo” criticó a Verástegui, pero omitió que él, que vive a media cuadra del PRI, antes no se paraba ahí ni por equivocación y tampoco se le ha visto en campaña alguna de sus candidatos desde hace varios trienios, pero en el discurso resultó más papista que el papa. Y ni que decir de otros que solamente se acuerdan de que son priístas de cara a una elección, como el mismo Córdoba Pimienta, para ver qué pescan.
Lo malo es que a pesar de que llevan toda una vida militando –o vegetando- en el PRI, desconocen sus estatutos y también los tiempos políticos. Ello se desprende de querer primeramente convocar a una asamblea, cuando no tienen la facultad. Tras embromar a Sergio Lobato, quien está ahora encargado del PRI chiapaneco, lograron que les autorizara una reunión a la que enviaría un representante para escuchar sus planteamientos y propuestas. Jamás prometió que en esa reunión destituirían a Nacho, cuyo principal error fue hacer candidato a Marcos Zepeda –al parecer lo hizo porque le pareció que era “el menos peor” y con ese buey le tocó arar, menos aún Lobato les aseguró que, apenas propusieran ellos a alguien, era automático su nombramiento, pues por un lado hay normas estatutarias que cumplir y por el otro –si se quiere la unidad, palabra cacareada por todos los amotinados- es necesario consensuar con todos los grupos, para que, quien quede, tenga un auténtico liderazgo y no se repita el esquema anterior que Arely Madrid dejó en Palenque. El hecho es que a pesar de que quisieron pasar la propuesta como si fuera de todos los sectores, organizaciones adherentes y grupos priístas locales, el enviado por Lobato, Juan Rueda, secretario general y experto en cuestiones electorales, no se tragó la píldora, pues conoce al priísmo palencano y sus actores, y ahí –como en la cárcel- ni estaban todos los que son ni eran todos los que estaban. El grupo de “Quimillo” –igual que el de Nacho- no estaba. Tampoco Miguel Padilla, Daniel González y otros ex-ediles , ni el grupo de Martha Gutiérrez Koller, aunque sí -inexplicablemente en el presídium- el presidente de la ganadera local, Martín Arellano, como también asistió la “Ojitos de Misha”, Paty Gómez Marín, quien no se contuvo y ante la tentativa de “albazo”, les escupió que esa reunión era una farsa y que se pretendía de nuevo imponer dirigente. En el mismo sentido se pronunció Juan “Churro”, quien les recordó que el PRI tiene estatutos, que es necesario que participe gente nueva y no siempre los mismos, y se ganó aplausos al señalar que “a la mujer no se le da chance, a la mujer se le respeta”. “El Chapito” Guillermo Macossay, también dejó ver que lo de “La Arriera” era una imposición y se pronunció por que se abran espacios a la gente del campo y se obtenga al nuevo dirigente municipal mediante consulta a la base. Otros no hablaron, pero por sus expresiones se notaba que los habían invitado sin explicarles qué pex y que no estaban de acuerdo con algo que ni les habían preguntado. Y pese a los esfuerzos orquestado por “La Arriera”, mediante algunos paleros que presionaban al representante de Lobato para que “nos dé una respuesta ahora mismo” y hasta amenazaban con tomar el PRI, Juan Rueda no cedió, les dijo que se llevaba esa propuesta para ser analizada y les advirtió -algo que si supieran de tiempos políticos se hubieran abstenido de su fallido “madruguete- que primero resolverían la elección de la dirigencia estatal, donde hay 10 candidatos, y luego atenderían los casos de los municipios. O sea, hasta marzo se volverá a tocar el tema. Gómez Prott, a nombre de los “madrugueteros”, desesperado porque no salían las cosas como estaba programado, dijo entonces que los sectores desconocían al dirigente actual. Juan Rueda no acusó recibo y “La Arriera” estaba –valga la redundancia- literalmente “color de hormiga” con “el oso” que hizo, y con su discurso de agradecimiento -que no pudo leer, porque el cargo simplemente no llegó. Ahí que lo guarde y lo recicle para mejores ocasiones.
Y es que, a Córdova Pimienta, se le cuecen las habas por hacerse de la dirigencia del PRI para apoyar la candidatura del “Cachorro” Albores Gleason y tener otra “época de oro”, como la tuvo con el padre. Nacho Verástegui, ciertamente, ya concluyó su ciclo y se hace necesario otro dirigente municipal, pero con la legalidad y legitimidad necesaria, para que saque adelante a su partido, todo desmadrado en Palenque, pero el mejor posicionado a nivel nacional para hacerse de la Presidencia de la República.
Juan “Churro”, quien hizo un buen, aunque breve, desempeño como coordinador de vialidad y es “Chucha Cuerera” en muchas cosas, deberá demostrar que su Unión de volqueteros, que formó y preside, no es la “Cueva de Piratas” que le achacan y que sus socios cuentan con concesiones, pues grave sería -por no decir hipócrita- haber hecho huega de hambre para exigir trabajo y denunciar a los “piratas” de otras Uniones, para luego resultar con que él es el “Tata” de todos ellos.
Las tranzas de “Toño” Velueta Landero no merecen mayores comentarios. Desde que era candidato “mostró el cobre” y ya se sabía “de qué pata cojeaba”. Ahí que vean los del Verde si le siguen dando jugada.
Carlos Morelos ya está enviando señales al gober de que es disciplinado y su actitud es diferente a la de “La Rata “ en rebeldía, como se desprende de su mensaje con el que arrancó la tercera etapa de la remodelación de la Juárez, en la que el gobierno estatal y federal invierten casi 12 millones de pesos. Ojalá les caiga el veinte a varios de sus achichincles que no toman ejemplo de su sencillez y se dan aíres de ser “la ultima coca-cola en el desierto”. Nos leemos a la otra, porque se agotó el espacio ¡Abur!