“La Casa del Jabonero”
Opinión y análisis político del norte-selva de Chiapas.
Por Enrique Romero.
“Una persona malévola se conoce en un día.
Una persona justa, lleva más tiempo”
Sófocles.
El suceso más comentado en todos estos días es la detención del ex-edil, Alfredo Salgado Correa, y la posterior acusación que la Fiscalía Especializada en casos Relevantes fincó al “Pole”. Como dirían los abogados: “le vaciaron el código penal completo”. Obviamente, hablar de un caso que aún no es cosa juzgada, que ni siquiera tiene integrada formalmente una averiguación previa, y donde ha sido necesaria la figura del arraigo para poder integrarla, es decir, “te detengo para investigar si eres delincuente”, debe hacerse con mucha mesura, pero sobretodo con mucho respeto. Respeto para la autoridad que investiga, pero respeto también para quien es, hasta el momento, un simple sospechoso y por lo tanto, aún digno de ser considerado inocente en tanto que la autoridad no pruebe lo contrario. Esa es una premisa fundamental del Derecho Moderno en el cual está basada nuestra Carta Magna.
Luego entonces, si no podemos, ni contamos con elementos de juicio sobre la materia de la litis, situación que por otra parte no corresponde a un pretenso columnista político, sino a doctos en derecho, sí en cambio podemos opinar sobre esta acción, aparentemente procuradora de justicia, pero indefectiblemente con aristas políticas. En política la forma es fondo, y observar las formas permite atisbar al fondo real o intención de las acciones políticas.
Un análisis serio no puede basarse en simpatías o antipatías, sino en hechos y razonamientos objetivos, que respondan fundamentalmente al sentido común, que –desafortunadamente- parece ser el menos común de los sentidos. No faltará quienes de antemano me descalifiquen bajo el argumento de que Alfredo Salgado es mi amigo. Efectivamente, el “Pole” es mi amigo. Al margen de situaciones coyunturales, lo es; pero, como decía un filosofo griego, “soy más amigo de la verdad”. Nada más simple, aunque, también nada más difícil cuando se trata de un amigo.
A Salgado Correa se le acusa de un quebranto al erario municipal de casi 88 millones de pesos, hasta donde se, de la cuenta pública del 2006. El que piense que el “Pole” se llevó esos 88 millones a sus cuentas bancarias, o los puso debajo del colchón, la está “cajeteando”. Lo que le imputan corresponde al menos a un 80 por ciento del presupuesto de ese año. La pregunta entonces es ¿si de de cada 10 pesos se robó 8, con qué pagó las nóminas del ayuntamiento, con qué recursos se financiaron los servicios públicos como colecta de basura, alumbrado público, seguridad, agua potable, etc., y además realizó obra pública en muchas comunidades y en la misma cabecera municipal? ¿Cómo le hizo con solo 2 pesos de cada 10 del presupuesto? Resulta que El Pole es ahora como “La Bartola”. ¿Se acuerdan de la canción? “Toma Bartola, ahí te dejo esos dos pesos. Pagas la renta, el teléfono y la luz…”. Digo, no manchen. Una cosa es “volarse” el billete y otra no saberlo o no poderlo comprobar adecuadamente, pues -por ejemplo- una obra pública puede estar ejecutada y entregada, pero si no esta bien soportada en documentos resulta igual que si se hubieran birlado ese recurso, en términos de comprobación.
Nadie del equipo de Salgado veía “focos rojos” en la cuenta pública, a pesar que Salgado, como perredista, seguramente tuvo que meterle un buen dinerito a las campañas de Sabines, el Peje, Juan Carlos López y hasta Mazú. Pero todo “cuadraba”, y solo esperaban solventar las observaciones del órgano de fiscalización, para lo cual también hay plazos fijados por la ley, de ahí que la acusación le haya resultado completamente sorpresiva al ex-edil, quien nunca pensó en huir pues se sentía tranquilo en cuanto a la comprobación. El delito de asociación delictuosa se deriva del de peculado, pues se asume que el funcionario que lo cometió requirió confabularse con otros para poderlo efectuar. Si la defensa de Salgado logra comprobar que no hay tal quebranto, el delito de asociación delictuosa quedaría sin efecto; es decir, uno se deriva del otro. Como ciudadano que paga impuestos soy el primero en demandar el buen uso de los recursos públicos y la transparencia en la rendición de cuentas, porque ese dinero es público, o sea es de todos. Si Salgado Correa no logra demostrar que su ejercicio presupuestal fue honesto, que pague entonces las consecuencias, junto con los colaboradores que tuvieron que ver con el supuesto quebranto, y por supuesto que reintegre el billete y se le inhabilite para la función pública. Es lo justo, es lo legal. Si así se hiciera con todos los políticos mañosos no habría tantos en busca de cargos públicos. Pero, acaso no había otros ediles de este distrito con mayores problemas en su cuenta pública, largamente “balconeados” por el Órgano de Fiscalización, como “Chilo” Sánchez Damas, de La Libertad, o Morales Franco, de Catazajá, o Juan Sánchez, de Salto de Agua. Curiosamente, el de mayor peso político en la región fue el que “cayó”, justo cuando comienzan a calentarse los motores para el proceso electoral federal. ¿Coincidencia o destino?, diría el personaje de Derbez. Sobre la acusación de homicidio solo comentaré dos cosas: por un lado se desconoce si la muchacha –es la esperanza de todos los que estimamos a sus padres- sigue viva. Aparentemente para la autoridad no; pero aún no tienen evidencia de que haya fallecido. Todos aquellos que conocen bien a Salgado, aún los que lo consideran nefasto, coinciden en señalar que puede ser un “Juan Charrasqueado”: borracho, mujeriego y burlador, pero de ahí a asesino, nadie se la cree. Pareciera que de lo que se trata es de complicar el caso para ralentizar su esclarecimiento o buscar “chivos expiatorios”, pues seguramente la autoridad en sus investigaciones ya sabe lo que para muchos es un secreto a voces, pero un secreto peligroso.
Otra cosa que llama la atención es que el mismo ministro de Justicia salió a los medios a anunciar la detención, lo que no había ocurrido antes con otros ediles o ex-ediles detenidos; pero, además, lo hizo al dos por uno, pues también anunció la detención, igual por peculado, de Gabriel Salcedo Torres, ex coordinador de Administración y Finanzas de la extinta Fiscalía General del Estado, y ex-secretario particular de Mariano Herrán Salvatti. Queda la impresión de que la estrategia es la de golpear abajo para pegar arriba –independientemente de la acción justiciera- y de esta manera acotar políticamente a dos personajes importantes vinculados públicamente con Pablo Salazar: el actual secretario de gobierno, Antonio Morales Messner, quien de facto se ha convertido en la cabeza del grupo perredista de “los rutilistas”, ante la falta de acción del mismo senador Rutilio Escandón Cadenas. El Pole representa en esta región a esa “expresión” perredista y es también su compadre. Y por otra parte se acota, con la detención de un colaborador suyo muy cercano, al poderoso y temido ex-fiscal general del estado, y ahora secretario de comercio, Mariano Herrán Salvatti, quien parece no darse por enterado de los “mensajitos” que le manda el gobierno estatal de que ya no es “bien visto” por estos lados. El sigue tranquilo como Salinas de Gortari: Ni los ve, ni los oye. Cosa curiosa, el par de detenidos fueron transmitidos en cadena nacional por Televisa, “honor” que no habían tenido previamente otros funcionarios “mañosos”, igualmente detenidos. ¿Porqué ahora sí, porqué antes no? Lo cierto es que, en el caso del Pole, se desarticula con su detención al grupo político perredista más importante en este distrito y hasta el momento nadie de ese partido ha dicho nada al respecto, sobretodo cuando se trata de alguien que se la jugó enteramente con la camiseta del Sol Azteca. Ahora, en esta zona el PRD queda endeble electoralmente, sobretodo porque la mayoría de los actuales ediles de este distrito son de otros partidos y el único que le podría inyectar “vigor” al Sol Azteca sería Manuel “Ch’ol”, de Salto de Agua y si acaso su colega de Yajalón. Pero, vistas las muestras de “gratitud” que recibió el Pole por parte de su partido y de quienes se beneficiaron con de su perredismo rampante ¿les quedarán ganas de “entrarle a Torreón bailando? Por ello, cabe preguntarse: ¿Se prepara “el terreno” para que el PRD quede fuera de la jugada en el próximo proceso electoral? ¿Qué partido o qué actor político se beneficia con esta nueva situación? ¿Se está “vacunando” al distrito, cuya cabecera es Palenque, para que AMLO no tenga margen de operación en esta zona, considerada por él mismo como su “segunda casa”? Hay tantas preguntas y tan pocas respuestas. Al tiempo.
Lo que no cabe duda es que la coyuntura fue aprovechada de manera mezquina por Alfredo Cruz Guzmán para hacer, no leña, sino astillas del “árbol caído”, utilizando personal y recursos del ayuntamiento, lo que sí es constitutivo de delito y se llama desvío de recursos. Desde el mismo momento de la detención de Salgado, el “voz-cero” del Ch’ol, Javier Guízar, se apersonó en la comandancia de la Policía Ministerial, pretendiendo mantener una doble personalidad: funcionario del ayuntamiento y “periodista”, lo cual no puede ser. O se es “borracho” o se es “cantinero”, como ya se lo dijo en su cara el dirigente estatal de la FREPECH, Ángel Mario Ksheratto, y el delegado de esa organización en Palenque, Juan de Dios Lastra Ramos. Este junta-palabras –que no es nada discreto- le cuestionó a Guízar su presencia en ese lugar y el “interés” del ayuntamiento en la detención de Salgado. Tuvo que aceptar que lo mandó su “jefe” y se retiró unos metros, pero evidenció que la coordinación de comunicación social del ayuntamiento ahora también funciona para desprestigiar en los medios –con inserciones pagadas como notas- a los adversarios políticos de Cruz Guzmán. Una hora más tarde, bajo la promesa de un jugoso “chayote” y el cuarto de hotel pagado, ya se encontraba a las afueras de la fiscalía el corresponsal en Zapata de un diario tabasqueño que tiene corresponsal en Palenque, pero que fue desplazada por el “Cojo-Feo” –ojo, no es referencia a mi desempeño sexual, sino el mote del “chayotero” personaje- el cual manda traer Cruz Guzmán cada que quiere desprestigiar a alguien. Al día siguiente de la detención de Salgado las notas en varios medios chiapanecos y tabasqueños sobre el caso parecían copias al carbón, con idéntica redacción, y no porque la Fiscalía haya emitido un boletín. Aunque, efectivamente, hubo un boletín “extraoficial”, el que redactó Javier Guízar, el cual se envió a los medios que se prestaron a publicarlo como nota propia –algunos sin acreditar a reportero alguno- a cambio de facturar la publicación. Lo malo es que se hizo con recursos públicos, en una administración que a cada rato dice que no hay dinero. En las dos radiodifusoras “piratas” locales, se repitió el mismo “guión” redactado por el “voz-cero”.
En su pasada administración Cruz Guzmán se quejaba de tener mala imagen porque no pagaba a los medios. Públicamente decía que Diario de Chiapas y Tabasco Hoy lo denostaban por que no les soltaba dinero. En esta ocasión parece que su estrategia cambió, ahora sí paga. Pero no para publicitar su obra pública -¿será porque no tiene nada de obra todavía?-, ni para brindar información útil a la sociedad sobre el ayuntamiento, sino para denostar a quienes considera sus enemigos. El caso más reciente, y se supone que es su amigo, fue el “periodicazo” que le mandó al “Lord” Juan Carlos López, vía su “gatillero” favorito, el famoso “cojo-feo” de Zapata. Sabedor de que Juan Carlos va ganándole terreno en popularidad y es un serio rival a la diputación federal, Cruz Guzmán utilizó a su “chayotero” para publicar supuestas denuncias públicas en contrario, es decir que la población se queja de que su diputado no hace nada. Con esos “amigos”, Juan Carlos no necesita enemigos. Y es que enlistarse en la “lista negra” de “enemigos” de Cruz Guzmán está bien fácil, no hay ni que esforzarse. Todo aquel que piense diferente a él, lo es. Todo el que se atreva a criticar su actuar, todo el que se interponga en sus ambiciones desmedidas, todo el que pueda representar un obstáculo en sus propósitos, todo el que hiera su orgullo ladino, es un enemigo que, si no se puede destruir, al menos hay que “balconear”. El gobernante ch’ol es un fascista que, en su incultura, ni siquiera sabe que lo es. Es un político “chicharronero”, de esos personajes tercermundistas que sostienen que “solo sus chicharrones truenan”. Ahora ya no escatima dinero –total no sale de su bolsa- para usar a los medios para ese propósito y para silenciar las críticas.
El problema está cuando hay “rejegos” que no se venden, y –aunque pocos- persisten en ser portavoces del malestar social, de la denuncia ciudadana. Para quienes ejercemos libremente el periodismo, este personaje de Rius tiene también sus estrategias, ya sea para “neutralizar”, ya sea para atacar. No obstante que varios periódicos chiapanecos y tabasqueños que llegan a Palenque tienen sus corresponsales en esta plaza, sus notas no son publicadas cuando contienen información no conveniente o son desplazadas por las que manda comunicación social del ayuntamiento. Para esos medios, cuyos propietarios están más pendientes de los ingresos que de su función social, es un negocio redondo: cobran por la publicación de “la nota” y además se ahorran el pago de la misma a su corresponsal. Pero ¿dónde queda el derecho a la información de la ciudadanía? Al lector, razón de ser de cualquier medio que se precie de serlo, se le da “gato por libre”. En el colmo de la estulticia está la última jugada que Cruz Guzmán pretendió realizar, para “neutralizar” a quien esto escribe, en el “Cuarto Poder”. Precisamente después de la detención de Salgado, el editor de ese periódico, del que soy corresponsal desde hace varios años, me habló para preguntarme si conocía a un tal Braulio Jiménez. Le dije que sí, que es el fotógrafo de Cruz Guzmán, adscrito a comunicación social. El editor me informó que se había comunicado con ellos ofreciendo sus servicios como “periodista independiente” y de hecho había mandado una nota como “colaboración”. Le dije: supongo que la nota es sobre la detención de Alfredo Salgado. Me contestó que, efectivamente, de eso se trataba. Le expliqué entonces que Braulio López ni es “periodista” ni es “independiente”, puesto que cobra en la nómina del ayuntamiento, que la supuesta nota no la redactó él, sino su jefe Javier Guízar, quien estuvo brevemente en Cuarto Poder y fue “corrido” cuando se dieron cuenta de su falta de ética e incapacidad, y que la “oferta” de “colaborar” no era más que una “jugada encubierta” para sembrar un “caballo de Troya” en el periódico y poder manipular la información de Palenque al antojo de Cruz Guzmán. Ya no volví a oír hablar en Cuarto Poder sobre el tal Braulio Jiménez.
El hecho es que, tanto Javier Guízar como Braulio cobran del erario municipal para desempeñar una función pública que nada tiene que ver con “vendettas” políticas ni tratar de acallar las voces críticas ni la información “incómoda” a su patrón. Ese no es su trabajo, por eso no es que le paga, no Cruz Guzmán, sino la sociedad, pues es dinero de nuestros impuestos.
Otros dos casos en los que se han visto involucrados a periodistas críticos son el de José “El Negro” Estrada, corresponsal de dos diarios en Palenque, al que el otro día se le “pasaron las cucharadas” y penosamente quedó tirado cerca del Palacio Municipal. Al margen de su problema de alcoholismo, es un reportero honesto y critico, lo que no obsta para que su falta administrativa le fuera aplicada por la autoridad, pues no se trata de estar por encima de la ley. Efectivamente, la policía municipal se lo llevó a “guardar” y al día siguiente fui por él para pagar la sanción correspondiente y sacarlo. No me quisieron cobrar. Sin embargo, al día siguiente la nota de su detención y la fotografía correspondiente apareció en varios medios. Al preguntar a los compañeros de esos medios sobre este “canibalismo” mediático, me explicaron que ellos no redactaron la nota, que fue un boletín pagado del ayuntamiento, arreglada su publicación directamente con sus superiores. Si Cruz Guzmán va a publicar y pagar todas las notas de los borrachos que detenga su policía no le va alcanzar el erario municipal. Pero no, el único borracho “balconeado” a costa del erario fue “El Negro” Estrada por la sencilla razón que ha escrito notas que no le agradan. Cuando lo comenté con su “voz-cero”, me explicó que hasta “barato” le salió el “affaire” al “Negro”, pues pudieron haber publicado una foto donde esta tirado en la calle o, peor aun, “meterle otras cosas” y turnarlo a la autoridad judicial. ¡Hombre! Si son re buenas gentes y hay que agradecerles su buen corazón. En fin, a confesión de parte, relevo de pruebas, pero ya sabemos qué podemos esperar.
Otro caso, que entra dentro del “sospechosísimo”, es el que le ocurrió el otro día a mi compa Juan de Dios Lastra, nuestro dirigente gremial en la Frepech, a quien junto con este junta-palabras Cruz Guzmán amenazó de muerte en su pasada administración, por nuestro desempeño periodístico. Resulta que hace algunos días Juan de Dios, quien se había echado unos traguitos pero no andaba borracho, estacionó su camioneta frente a conocida y céntrica cafetería y bajó a tomar café. Sentado estaba, esperando su café, cuando le llegó la policía municipal a rodear su camioneta y uno de ellos le pidió que se identificara. Receloso de que se tratase de una mala jugada, Juan de Dios se atrincheró dentro de su camioneta y un elemento trató de impedir que cerrara la portezuela. Los policías lo rodearon, hostigado y como buen playero –cruza con coleto- comenzó a mentar madres por el operativo desplegado en su contra, sin que supiera de qué se trataba. Al rato ya había tres patrullas de la municipal, una de la sectorial y una más de tránsito. Juan de Dios me habló y para allá fui. Un policía me dijo que era porque “estaba escandalizando en la vía pública”, pero realmente Juan de Dios no empezó a despotricar en contra de la policía sino hasta que ésta llegó a tratarlo de detener. Para resumir el asunto, al ver que este reportero llegó a documentar los hechos, por ahí alguien le “midió el agua a los camotes” y tocaron retirada, solicitándome nada más que lo llevara directo a su casita, como así ocurrió. Me explica Juan de Dios que hace cosa de mes y medio él se encontraba en ese mismo lugar cuando pasó un “junior” evidentemente alcoholizado y le mentó la madre. Afirma Juan de Dios que solicitó el apoyo policiaco y luego de dos horas, cuando ya para qué –diría el cancionero-, apareció una patrulla. Por eso, ahora le sorprende el operativo relámpago desplegado en su contra. En pocas palabras, cuando un periodista considerado “enemigo” –como públicamente nos ha calificado Cruz Guzmán a Juan de Dios y a su servilleta- pide apoyo policiaco, este llega en cámara lenta; sin embargo, cuando se trata de “entambar” a ese periodista, todo acontece a la velocidad de la luz y con tantos elementos que mucha gente pensó que estaban deteniendo al “Chapo” Guzmán, porque nada más faltaron a “la fiestecita” las tanquetas del ejército. Yo se de buena fuente que me traen “entre ojos” y algo andan “organizando”. Me han dicho que si no conmigo, con mi hijo adolescente se van a desquitar. Bueno, adelante, si están dispuestos a pagar el costo político. Con la compañera corresponsal de un diario de Chiapas, Liz Arcos, en su condición de mujer, y además guapetona, se han limitado a enviarle emisarios para tratar de convencerla de que hay buenas razone$$$ para que “entre al redil”. Me recuerdan a Pablo Salazar, quien hizo famosa la frase de “Dinero, encierro o destierro”, como ofrecimiento a los disidentes. Pero “no hay mal que dure tres años, ni cuerpo que lo resista”. Bueno, más o menos así va el refrán.
Y no se trata de solamente ver lo malo de los gobernantes; cuando hacen algo bueno también se les reconoce, aunque hay que aclarar que para eso se les paga. Por ejemplo, hace unos días Karen Villanueva tuvo la afortunada iniciativa de realizar la campaña de concietización ecológica “Échale una mano al mundo”, la que desarrolló con una marcha y un evento en el parque central a favor del medioambiente, con la participación de estudiantes y empresarios, pero también –así lo dijo ella- con todo el apoyo del ayuntamiento palencano. Si visitan mi sitio de noticias (www.noticiaspalenque.wordpress.com) observarán que ese reconocimiento se expresa en la nota correspondiente porque en este oficio hay que estar por encima de simpatías y antipatías personales. Qué bueno que el edil haya apoyado la defensa, por parte de la sociedad civil, del medio ambiente, pues da un indicativo de que es un tema que forma parte de su agenda. Luego de que desapareció el consejo ciudadano del medio ambiente –del que yo formaba parte- y la comisión de ecología que era presidida por el PAN, daba la impresión de que la ecología le valía gorro al edil. Con esta otra acción ya se le puede conceder el beneficio de la duda. En otro municipio, Catazajá, donde durante las pasadas dos columnas de este “Jabonero” critiqué la actitud prepotente de “Bencho” Prott, pues es mi obligación reflejar el malestar ciudadano, de igual manera hube de consignar en una nota reciente la actitud noble que tuvo como edil al estimular a los 25 niños de esta zona escolar, algunos que ni siquiera estudian en Catazajá, ganadores de la “Olimpiada del Conocimiento Infantil” al rifarles una bicicleta y pagarles a todos, incluidos sus maestros, un viaje recreativo a Villahermosa donde visitaron el Parque Ecológico “Yumká” y el Museo Interactivo “Papagayo”, la versión “choca” de “Papalote, Museo del Niño”. Así debe ser el periodismo profesional, al estilo de la “Chimoltrufia”, que como digo una cosa, digo la otra. El político que no lo entienda, o que no lo acepte, vive en la prehistoria y está condenado, como los dinosaurios, a “extinguirse” políticamente. Nosotros, los vilipendiados “junta-palabras”, seguiremos en la tónica de nuestro muy chiapaneco Belisario Domínguez: “Libre por la palabra libre”. Nos leemos a la otra, -como dijo José Alfredo Jiménez- “Si nos dejan”. ¡Abur!